Hace mucho tiempo, en un mundo donde la caída de la noche traía oscuridad a cada rincón, las civilizaciones primitivas descubrieron un secreto: cómo domar la luz. Los antiguos egipcios, ya en el año 3000 a. C., encontraron una forma de llevar la llama a sus hogares. Al remojar juncos en grasa animal, capturaron la llama parpadeante, ofreciendo a la humanidad su primera luz portátil: el nacimiento de la vela.
Desde este humilde comienzo, la vela ha viajado a través de la historia. Los romanos , pioneros de muchas innovaciones antiguas, mejoraron la vela utilizando cera de abejas , que producía una combustión más limpia y sin humo. Sus velas iluminaban calles bulliciosas de ciudades, grandes templos y hogares en todo el imperio, y eran más que una simple fuente de luz: se convertían en faros de calidez, comodidad y rituales.
En la época medieval, la fabricación de velas se convirtió en una forma de arte. Los monjes utilizaban velas de cera de abejas en las grandes catedrales, donde la luz danzaba sobre las vidrieras, añadiendo un ambiente divino a la oración y la reflexión. Durante siglos, las velas permanecieron en el centro de las ceremonias sagradas y de la vida cotidiana, desde los pasillos de los castillos europeos hasta las humildes cabañas.
A lo largo de la historia y de las distintas culturas, las velas han guiado a los exploradores, coronado a los reyes y alegrado las festividades. Los marineros las utilizaban para navegar por mares desconocidos, los poetas escribían con su suave resplandor y han sido una presencia constante en momentos de alegría, tristeza y todo lo demás.
Hoy en día , ya no dependemos de las velas para iluminar nuestro camino. Sin embargo, han conservado su capacidad mágica de transformar una habitación. Más que una simple llama, las velas ahora tienen el poder de evocar recuerdos, cambiar estados de ánimo y crear espacios íntimos. Con solo encender una cerilla, una vela puede transportarte del mundo ajetreado a un lugar de serenidad y reflexión.
En Luz del Mar , continuamos con esta antigua tradición de luz y calidez, pero con un toque moderno. Inspirándonos en las esencias tropicales del Caribe , nuestras velas encarnan el abrazo del océano, la cálida arena bajo los pies y la brisa fresca que lleva el aroma de costas lejanas. Cada vela es más que cera y mecha: es un recipiente de luz, envuelto en las mejores fragancias de la naturaleza.
Ya sea un momento de reflexión tranquila, una reunión con seres queridos o una velada junto al mar, nuestras velas están ahí para mejorar su experiencia. Así como los antiguos egipcios, romanos y alquimistas buscaban la llama perfecta, lo invitamos a unirse a nosotros en este ritual atemporal, donde incluso la llama más pequeña puede encender algo extraordinario.
Luz del Mar está aquí para acompañar tu viaje a través de la luz, la calidez y la relajación, llevando la magia del brillo del océano a tu vida cotidiana.
"Gracias por permitir que la luz y la esencia del océano ilumine tu espacio. Que cada vez que enciendas tu vela, sientas la serenidad y la magia del mar rodeándote".
Jenima
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